En un momento en que el leasing y el renting están en alza, para algunos puede parecer raro preocuparse por los repuestos del coche. Para los que por necesidad o afición, mantenemos coches que ya han pasado la adolescencia, los recambios usados son algo a la orden del día.

Tu vas cuidando de tu coche con cariño, pero llega un momento en el que hay piezas que inevitablemente nos van pidiendo repuestos. Normalmente, en el apartado de mecánica, ya sea en tu concesionario o taller de confianza, resulta bastante fácil encontrar los repuestos, o las piezas nuevas que la carrocería te vaya solicitando. Pero desgraciadamente no va a ser siempre así, no os acostumbréis.

No vamos a tener en cuenta cosas como amortiguadores, filtros, pastillas de freno o ruedas, de los que ya asumimos un mantenimiento o cambio periódico. Elementos como el tubo de escape, o radiador que se pican y hay que reparar o sustituir, para los que no tendremos problema en encontrar recambios, nosotros o nuestro mecánico. Al igual que para otros elementos de avería habitual como bombas de gasolina, de frenos, latiguillos, motor de arranque, bobinas etc…

¿Y cuando me dicen que ya no se vende una pieza?

Desde mi propia experiencia. En contra de todo el que está a mi alrededor soy orgulloso poseedor de un Ford Orion Mk2, que antes había pertenecido a mis padres, y que en agosto de este año cumplirá 30 años. Obviamente los automóviles llegan a una edad en la que simplemente por sus años o su kilometraje ciertas partes empiezan a fallar, o se rompen (las rompes o te las rompen) y no son tan habituales, o la propia marca, ya no dispone de stock de repuestos.

Un problema habitual, sobre todo en mi coche, es que ya no hay repuestos para la defensa trasera, (si para la delantera). Las únicas opciones son hacerle una chapuza o recurrir a piezas de coches segunda mano, y recorrer desguaces hasta encontrar uno que encaje, teniendo que renunciar, en mi caso, al color original del mismo, y rezar para que tenga los mínimos arañazos posibles. Lo mismo que para el parachoques, he recurrido a recambios usados; para cambiar el volante cuyo revestimiento se deshacía en pedazos, cambiar salidas de la calefacción rotas, piezas de puertas, ceniceros, paneles de puertas o incluso, cuando me dio por instalar unos altavoces traseros, fue en un desguace donde un amigo me encontró unos originales del modelo, estos recambios, no suelen ser caros, y además puedes arreglar esas cosas tu mismo, y pasar los fines de semana jugueteando con tu coche.

¿Tiro con él?

El primer «susto» de este tipo que me dió mi Ford Orion, fue el distribuidor. Cuando en la propia Ford, solicité que me presupuestasen el montaje de un repuesto nuevo, se dió la siguiente situación, el único nuevo disponible se encontraba en un concesionario en Austria, y con portes incluidos el presupuesto que me daban rozaba los 700 €, tras el susto inicial y la imposibilidad de hacerle frente, empecé a buscar, y lo solucioné, creo, por unos 40 €, con un distribuidor de segunda mano. También fue útil, comprar un carburador en el desguace, para estudiarlo, y después de entenderlo bien, comprender que fallaba en el mío y así poder repararlo.

Los ya más complicados elementos de mecánica (los que como yo, no tenemos conocimientos de mecánica o la seguridad suficiente para hacerlos por nuestra cuenta, mejor lo derivamos al taller). Normalmente son cosas que asustan más y te hacen plantearte, dos segundos, si quieres seguir manteniendo el coche. En el segundo número tres, pateas los desguaces que tienes a mano, y si no sabes que a día de hoy hay páginas como desguaces.eu en el que puedes hacer una búsqueda de recambios usados por toda la península y rara vez no tiene solución. También, por suerte, hay empresas que a través de ebay, o plataformas por el estilo ofrecen repuestos reacondicionados, es decir, vueltos a fabricar con elementos de segunda mano o incluso nuevos, a precios bastante interesantes.

Tampoco os confieis con los recambios usados

No os voy a mentir, los coches donantes, están en el desguace por algo generalmente, (a veces hay gente que prefiere desguazarlos a ponerlos a la venta) y no siempre el primer trofeo es el bueno, ni vais a cubrir un impreso de garantía. Recientemente, mi Orion dejó de marcar el cuentakilómetros y la velocidad, repuse piñón y cable del velocímetro, sin conseguir resultado alguno, y cuando desistí, mi mecánico localizó la avería en el cambio, por menos de 200 €, me instaló uno de desguace, y seguimos en la carretera (con algún ruidito).

Normalmente si algo no funciona o descubres que está mal, no tienen problema en cambiártelo, salvo que rompas los precintos que cada desguace pone a sus piezas. Revisádlos, probadlos las veces que hagan falta. Y después, mantened la positividad, y seguid cuidando de vuestros coches en correcto estado de funcionamiento, restaurados y aptos para la ITV por poco dinero, siempre que le tengáis el cariño suficiente, claro.





Mi coche. Ford Orion Mk2 1.6 Ghia Modelo 1986. Foto: Manu Ávila.

Mi coche. Ford Orion 1.6 Ghia Modelo 1986. Foto: Manu Ávila.

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